miércoles, 23 de noviembre de 2011

El ángel perdido


El ángel perdido, de Javier Sierra

No es fácil hablar de El ángel perdido de Javier Sierra; tras leerlo me ha dejado algunas sensaciones contrapuestas.

Por un lado, esta novela, a buen seguro uno de los best sellers de la temporada, se lee de un tirón, con facilidad, casi sin sentir. No es tontería calificar a Sierra, uno de nuestros autores más internacionales, como el 'Dan Brown español'. El autor demuestra dominar género (si el best-seller lo es) y técnica: capítulos cortos, ritmo trepidante, giros, una aparatosidad hollywoodiense... Lo que promete su portada -una catedral iluminada, helicópteros y símbolos arcanos- lo cumple a rajatabla: acción, enigmas, etc. Entretenimiento puro y duro hasta la última página.

Además, no hay que desdeñar la habilidad narrativa del autor para insertar una primera voz -la de la protagonista- alterna que está bien llevada, aún sin meterse en demasiadas profundidades y el tino para meter una gran cantidad de documentación en la trama sin necesidad de destrozar el ritmo -a base de flashbacks, diálogos, etc-.

Sin embargo, el argumento y la trama me han parecido muy flojos, bastante inverosímiles (no buscaba realismo, ojo, sino verosimilitud) y hasta previsibles. Sierra introduce desde el minuto uno el elemento fantástico lo que ya elimina, en ese aspecto, cualquier conato de sorpresa en el resto de las 500 páginas restantes. Los personajes son bastante planos -salvo la protagonista-, a veces un punto infantiles y los supuestos villanos no producen respeto alguno. El popurri de ci-fi, fantasía y misterios religiosos me ha parecido un tanto excesivo y para contar lo que al final quería contar, creo que sobraba bastante cantidad de información y un buen porcentaje de páginas.



Así pues, al cerrar el libro y esta reseña, me queda que Javier Sierra es uno de esos autores 'best seller' que seguirán dando que hablar dentro y fuera de España, que esteEl ángel perdido tendrá éxito y seguidores, pero que se muestra como un castillo bien armado -ritmo, estructura-, pero hueco y que tardará poco en huir de la memoria y mezclarse con otros tantos libros similares en trama y estilo. Me esperaba mucho más, pero creo que gustará a un gran público.

David Yagüe

TítuloEl Ángel Perdido
AutorJavier Sierra
Editorial: Planeta
Año de edición: 2011
PVP: 21,90€
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viernes, 18 de noviembre de 2011

El testamento del Diablo de Mario Escobar


Entrevista al escritor de thriller histórico Mario Escobar

Best Seller - 16-11-2011.mp3


En noviembre vuelva la saga escrita por Mario Escobar




En noviembre, Mario Escobar publicará la sexta entrega de la saga protagonizada por Hércules Guzmán Fox, George Lincoln y Alicia Mantorella. Una saga traducida a varios idiomas.
En 1917, Europa se desangra por la gran guerra, la Rusia zarista se encuentra al borde del colapso y los servicios secretos alemanes están dispuestos a colaborar con los comunistas, con tal de desestabilizar a sus enemigos.
Los crímenes ocurridos en un apartado monasterio ortodoxo parecen tener relación con la búsqueda de un libro al que todos conocen con el nombre de El testamento del diablo. Las Centurias Negras lo buscan desesperadamente para evitar la caída del zar, pero no son los únicos: el misterioso psiquiatra Carl Gustav Jung, el líder sionista Leo Motzkin, el joven Iósif Stalin y los servicios secretos rusos también desean hacerse con el libro. Si Hércules Guzmán Fox y sus amigos no se adelantan, Europa puede verse sumida en el peor genocidio de la historia...
Mario Escobar, autor de Conspiración Maine, El mesías ario, El secreto de los Assassini, La profecía de Aztlán, y El dedo de Dios, cinco de los thrillers históricos más aclamados de los últimos años, vuelve con el trepidante El testamento del diablo.
http://www.marioescobar.es/

La senda trazada esconde un misterio y una duda moral


La senda trazada, de Pedro de Paz



Un periodista gráfico que ve como su vida se empieza a ir por el sumidero encuentra, casualmente, con un extraño libro lleno de extraños caracteres góticos y que parece otorgar un oscuro poder. Un poder que puede salvar o condenar. Poco más diré del argumento, para no desvelar nada.

Pedro de Paz, conocido por tres novelas de género policíaco o thrillers muy entretenidas El hombre que mató a Durruti, Muñecas tras el cristal y El documento Saldaña, regresa con un giro con toque fantástico con La senda trazada, una obra que le ha valido el XX premio de novela Luis Berenguer, y que supone un paso adelante en su carrera.

De Paz sorprende por una temática algo alejada de la que en él es habitual, pero manteniendo aspectos de su estilo personal: una prosa cuidada que salta de hermosas figuras a crudas y sucias descripciones realistas, un marco verosímil lleno de referencias y guiños a la realidad (jueguen a adivinar quienes son los aparecen en la novela sin ser citados, igual encuentran hasta al propio autor) y una trama cuya estructura tiene ecos del policíaco que tan bien conoce el autor: estructura bien urdida y con el suspense dosificado con agudeza.

Es esta novela una fábula moderna bien contada y con moraleja: De Paz muestra sus cartas y, en tiempos de supuestos poco valores, el autor se atreve con una historia sobre la salvación y la condenación. No es que resulte especialmente sorprendente, pero se lee con gusto, mantiene en tensión y juega con el lector a juzgar a ese desamparado personaje con esa pregunta que late en muchas ocasiones de la obra: ¿qué harías tú en su lugar? ¿serías mejor? Es muy de agradecer, también, que el autor en el cierre de la novela evite explicaciones innecesarias al lector, que quitarían enjundia y profundidad a su final.

De Paz sabe manejar su historia para engatusar al lector con un personaje que puede ser muy odioso, pero que a la vez, en su descenso a los infiernos, resulta dolorosamente cercano.

Llamadme loco, pero cuando lo leía pensaba que este escritor había logrado escribir una historia como las de Carlos Ruiz Zafón, pero a la madrileña, más sucia y contemporánea.

David Yagüe Cayero

Título: La senda trazada
Autor: Pedro de Paz
Editorial: Algaida
Año de edición: 2011
PVP: 20 €

La religión de Hitler 9º


Juan Antonio Llorente el inquisidor arrepentido



 
Juan Antonio Llorente y la antorcha de la libertad
Fue Juan Antonio Llorente un hombre adelantado a su tiempo en la España mojigata de finales del s. XVIII y principios del XIX.
 Juan Antonio Llorente es un gran desconocido para el público en general, pero con su  Historia crítica de la Inquisición en España  abrió una brecha en la línea de flotación de la Iglesia Católica de su tiempo. Además promovió una iglesia española alternativa, regida por una constitución religiosa que cambiara a fondo la Iglesia ultramontana de España.

 Fue Juan Antonio Llorente un hombre adelantado a su tiempo , aunque en la España decimonónica y mojigata de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, ser adelantado a tu tiempo era realmente sencillo. La sociedad vivía en las viejas glorias de la España Imperial, aletargada por una religión oficial fastuosa e inmovilista y unos gobernantes mal preparados y egoístas.

La llegada de Napoleón a España supuso un revulsivo en aquella sociedad anclada y primitiva. Una parte de españoles, no necesariamente los mejores, se unió a la resistencia contra el invasor, otra vio en la invasión la oportunidad de cambiar un mundo anclado en el más oscuro pasado. Llorente perteneció al segundo grupo.

El rey José le nombró Consejero de Estado para Asuntos Eclesiásticos, tras la huida de los franceses, Llorente se refugió en París, desde allí intentó regresar a España, pero la reacción antiliberal de Fernando VII se lo impidió. Como consejero intentó la modernización de la Iglesia con su l  Reglamento para la Iglesia española . Gracias a ese exilio forzoso escribió varias obras fundamentales, pero me gustaría destacar una:  Discursos sobre una Constitución religiosa considerada como parte de la civil nacional. 

Al principio Llorente se presentó como simple traductor del texto, pero en una carta a Puigblach, autor de la  Inquisición sin máscaras , reconoció su autoría.

 En su discurso sobre la constitución religiosa Llorente pedía cambios drásticos, que Menéndez Pelayo calificó como repletos de ideas protestantes. 

Entre las propuestas estaba:
1.  Tolerancia religiosa hacia las minorías.
2.  Separación entre iglesia estado.
3.  Libertad de participación en los actos religiosos.
4.  No obligar a la confesión.
5.  Celibato únicamente para los mayores de 40 años.
6.  Supresión de títulos y cargos eclesiásticos inútiles.
7.  Matrimonio civil.
8.  Participación de los fieles en las decisiones de la iglesia.
9.  Crítica al papado y la jerarquía. 

El libro de Llorente hubiera convertido a la Iglesia Católica en España una de las más avanzadas de su tiempo, pero Llorente fue finalmente marginado y expulsado del país, escapando a Madrid en el crudo invierno de 1823.

Murió solo y pobre, como la mayoría de los españoles ilustres. El famoso escritor Stendhall comentó de él:
 Este pobre hombre expulsado de Francia en medio de un riguroso invierno, murió de frío y miseria en el camino a Madrid. Si hubiera escrito en sentido contrario hubiera sido obispo; su perseguidor es C”. 

Llorente propuso una iglesia tolerante con las minorías a principios del siglo XIX, casi cincuenta más tarde, en la 1ª República, por primera vez se permitía o toleraba a otras minorías religiosas.

Lo triste es que gente como Llorente no hiciera la historia de España. La Biblia dice de ellos en Hebreos: “ de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido”.  

¿Estuvo el apóstol Pablo en España?



La tradición apostólica nos habla, como de Santiago, de la llegada de Pablo de Tarso a España. El propio Apóstol Pablo expresa su deseo de viajar a Hispania en la Epístola a los Romanos, pero ¿llegó a cumplir ese propósito?




La tradición siempre ha defendido que el Apóstol Pablo desembarcó en Tarragona y que gracias a su predicación se convirtieron dos mujeres ilustres de la ciudad.

Una se llamaba Xantipa, mujer de prefecto Probo, y la otra fue su hermana Polixena. La fuente principal de esta información proviene de varias autoridades de la iglesia como: San Clemente, uno de los discípulos de Pablo, que afirma que el Apóstol predicó hasta el extremo occidental del Imperio Romano, pero a él se unen otros autores entre los que se encuentran San Hipólito, San Epifanio y San Juan Crisóstomo.

Recientemente se ha descubierto que el Apóstol pudo estar un año o algunos meses en Tarragona antes de regresar a Roma, en donde murió en las persecuciones de Nerón. Las palabras de San Fructuoso, que fue quemado en la hoguera hace 1.750 años y recogidas por un soldado romano, serían la prueba definitiva para reconocer el ministerio del Apóstol Pablo en España. El hecho es que en el año 67, ya existía una comunidad cristiana consolidada.

La tradición también nos habla de que el apóstol Pedro envió a siete varones que extendieron el mensaje por toda la Península. Estos varones habrían estado principalmente por el sur de la Hispania Romana.

Lo que si es cierto, es que los legionarios fueron los primeros portadores del mensaje cristiano en la Península, al fin y al cabo eran uno de los grupos con mayor movilidad en el imperio y resultaba verdaderamente sencillo que entre sus filas hubiera algún cristiano.

Por tanto la influencia cristiana vendría de África por medio de legiones romanas y se extendería fundamentalmente por la Vía de la Plata. Se han comparado la liturgia de los primeros cristianos hispanos y del norte de África encontrándose numerosas coincidencias.

Es curioso, que la condena de los obispos de Astorga y Mérida por San Cipriano, sea uno de los primeros documentos en los que se cita sedes apostólicas en Hispania. Una carta que condenaba a Basilides y Marcial por herejía. Esta primera referencia directa sería del siglo III, pero de estos dos personajes hablaremos más adelante.

¿Estuvo el Apóstol Pablo en Hispania? Las evidencias parecen demostrarlo, pero no se puede afirmar rotundamente hasta que nuevas evidencias confirmen las pocas pruebas que tenemos de dicho viaje. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

¿Se ha encontrado realmente la tumba de Jesús?



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Hace un par de años saltaba la noticia del descubrimiento de la tumba de Jesús. Una fantasía impulsada por la curiosidad del hombre hacia la figura más enigmática de la historia.
James Cameron, polémico director, publicó para el canal Discovery, sobre la supuesta Tumba perdida de Jesús. Como en la película de Antonio Banderas, The Body (El cuerpo), muchos han pensado qué ocurriría si alguien encontrara en alguna parte la tumba de Jesús en Jerusalén. En ese caso, no sólo la Iglesia tendría algún problema, sino que la propia verdad del cristianismo se pondría en peligro. Ya que Pablo dijo que si Cristo no resucitó, la fe se vuelve vana 1 Corintios 15:17. Mejor sería que “comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (v. 32). ¿Qué podemos pensar de este tipo de hallazgos que hacen los arqueólogos, sugiriendo que han encontrado la tumba de Jesús?

Este programa presenta el supuesto hallazgo de los huesos de Jesucristo, junto con los de María Magdalena (que se ha convertido a partir de El Código Da Vinci en su supuesta esposa) y un hijo llamado Judá. Cuando uno escucha a estos supuestos científicos, profesores, teólogos, arqueólogos y hasta laboratorios analizando el ADN, uno no puede menos que tener serias dudas. Este tipo de programas parecen presentar claras conclusiones, en base a datos firmes y concluyentes, según los autores. ¿Justifica esto nuestra incredulidad?

James Cameron y la supuesta tumba de Jesús

Todo lo contrario, programas como éste lo que evidencian es nuestra credulidad. Tantas anomalías, datos cuestionables y conclusiones basadas en relaciones totalmente hipotéticas, lo que hacen es reafirmar una vez más el misterio de la tumba vacía. No hay prueba alguna en este tipo de programas, para negar la Resurrección. Veamos si no, los siguientes argumentos. Pensemos un poco…

FALTA DE EVIDENCIAS

El texto que acabamos de citar del apóstol Pablo en la Primera Carta de Corintios es de una fecha a partir de la mitad del siglo I, tal y como afirman incluso eruditos no creyentes. Pablo menciona los nombres de varios discípulos de Jesús que creían que Jesús había resucitado y estaban dispuestos a morir por su fe. Si su cuerpo estaba en una tumba, ellos lo sabían. ¿Estaban entonces dispuestos a morir por una mentira? Los judíos que no creían en su resurrección, dijeron que los discípulos habían escondido el cuerpo Mateo 28:11-15. Si esto fuera así, ¿por qué morían por ello?

Los textos del Nuevo Testamento no tienen la menor referencia de que Jesús se casara con María Magdalena. Todo lo contrario. Es de hecho una de las pocas cosas en que la mayoría de los eruditos están de acuerdo, sean liberales o conservadores. Pensemos en alguien tan escéptico como Crossan. Cuando le preguntaron si Jesús estaba casado, este autor que cree que el cuerpo de Jesús fue comido por perros salvajes, contesto irónicamente: “Hay un principio antiguo y venerable de exégesis bíblica, según el cual si algo parece un pato, camina como un pato y suena como un pato, debe ser un camello disfrazado”. Lo que quiere decir, “si aplicamos esto al asunto del estado civil de Jesús, que no hay evidencia de que estuviera casado (parece un pato), hay múltiples indicios de que no lo estuvo (camina como un pato) y ningún texto antiguo sugiere que tuviera esposa e hijos (suena como un pato)”. Así que concluye con su habitual sarcasmo: “Por lo tanto debió haber sido un esposo de incógnito (camello disfrazado)”.

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Supuesta tumba.

El documental afirma también que la caja decía: “Jesús, hijo de José”, pero ¿cuándo le llaman así sus seguidores? Lucas le llama “hijo, según se creía, de José, hijo de Elí” 3:23. Marcos declara al principio del Evangelio que es el “Hijo de Dios” 1:1. Mateo lo llama “hijo de David, hijo de Abraham” 1:1. Los judíos que no creían en él, le conocían como “hijo de José” Lucas 4:18; Juan 6:42, pero no su familia Hechos 1:14), ni la Iglesia, que le conocen como “el Hijo de Dios” 1 Juan 4:15.

Si Jesús se cría en Nazaret y la familia de José es de Belén, ¿cómo pueden tener una tumba familiar en Jerusalén, propia además de gente rica? Las supuestas pruebas de ADN están hechas de pedacitos de la caja, no de los huesos. Se juega en el documental bastante también con los nombres, que sabemos que son muy comunes, basándose en hipótesis de traducción del arameo al griego, e incluso al latín. Se da incluso el sobrenombre de José al hermano menor de Jesús, no se sabe muy bien por qué. El nombre de Jesús se hace también preceder de una cruz, como prueba de que ese Jesús era el crucificado, cuando en realidad no es más que la marca del grabador, que suele aparecer en las cajas. No debemos olvidar que los nombres de José, María y Jesús, son tan habituales en la Palestina del siglo I como en los países latinos de tradición católica, hasta el día de hoy.

LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN

Si en el centro del cristianismo se halla una cruz, uno de los hechos más significativos de esa cruz es que está vacía. Es imposible poner en duda la fe de los discípulos en la resurrección de Jesús, pero ¿cuál fue la causa histórica de esa fe? Los Evangelios muestran que no fue la fe la que creo la experiencia de las apariciones de Jesús después de muerto, sino que fueron sus apariciones las que crearon la fe en la resurrección, ya que los discípulos habían perdido toda esperanza. La resurrección es la prueba de que Jesús es el Hijo de Dios Romanos 1:4. Por lo que si Cristo ha muerto por nuestros pecados, ha resucitado también para nuestra justificación Romanos 4:25.

La esperanza cristiana es la resurrección de los muertos, no una mera pervivencia del alma. La resurrección de Jesucristo es la garantía de la resurrección futura de cada creyente 1 Corintios 15:20. Él es “el primogénito de entre los muertos” Colosenses 1:18, al que siguen “muchos hermanos” Romanos 8:29. Ya que Cristo dice a sus discípulos: “Porque yo vivo, vosotros también viviréis” Juan 14:19. Las oraciones por los muertos no tienen por lo tanto, para los protestantes ningún valor, ya que son consecuencia de la doctrina católico-romana del purgatorio. La vida eterna se decide aquí y ahora Juan 5:24.

La vida futura se expresa en la Biblia en términos de negaciones: la ausencia de corrupción, debilidad, deshonra, lágrimas, lamentos, llanto y dolor 1 Corintios 15:42-43; Apocalipsis 21:4. Porque la muerte física es señal de una realidad más profunda, de un estado del alma, ya que es la negación de la vida eterna. “La paga del pecado es muerte” Romanos 6:23. Por lo que estamos “muertos en delitos y pecados” (Efesios 2:1. La muerte no es el fin natural de la vida, pero por la salvación de Cristo, un día también el sufrimiento, la enfermedad, el cansancio y la muerte desaparecerán, con todas las consecuencias del pecado.

La resurrección es obra del Espíritu Santo Romanos 8:11. Por ella los creyentes son transformados a semejanza del cuerpo de Cristo resucitado Filipenses 3:20-21. Ese cuerpo “espiritual” es también físico, ya que come Lucas 24:38-43 y puede ser tocado Juan 20, 17, 27, pero no está sujeto a las limitaciones y restricciones de este cuerpo 1 Corintios 15:44. Es espiritual porque está totalmente dirigido y gobernado por el Espíritu Santo, no porque no sea material. Hay cambios Mateo 22:30; 1 Corintios 6:13, pero también continuidad, sino no tiene sentido hablar de resurrección. La resurrección tiene también implicaciones morales. La resurrección nos asegura que vivimos en un universo moral. Si la cruz parece anunciar la victoria del mal y la injusticia, la resurrección no deja lugar a dudas que la justicia al final triunfará.

La religión de Hitler (Documental 8)


Las verdades y mentiras de Dan Brown

Código Da Vinci y danbrownismo
Por Mario Escobar,
Estamos sufriendo un nuevo asalto de  danbrownismo . Pero, ¿quién es Dan Brown? Empecemos por el principio. Dan Brown se presenta como el hijo de un ilustre matemático y una compositora de música sacra. Profesor de inglés y casado, ha dividido su tiempo entre sus clases y la escritura de sus novelas. Poco más se conoce del nuevo creador del danbrownismo. 

Pero, ¿qué es el  danbrownismo ?  El danbrownismo no es una teoría nueva, más bien es la suma de varias teorías viejas puestas al alcance de un público poco acostumbrado a cuestionarse las cosas que lee o ve en los medios de comunicación.  El  danbrownismo  defiende una concepción individualista del ser humano, en el que su héroe, Robert Langdon, es una mezcla de erudito y hombre de acción. Experto en simbología y conocedor de todos “los misterios de la humanidad”, con la respuesta precisa y un carácter atrayente. Robert Langdon representa al humanista, que tras una fina capa de racionalidad esconde una credulidad infantil. El hombre postmoderno en el que el infantilismo y la gravedad erudita se mezclan hasta formar el superhombre cacareado por Nietzche; hasta que el discurso del  danbrownismo  y el de Nietzche se confunden en las palabras de este último: “Solo nosotros los espíritus que nos hemos liberado estamos en condiciones de entender lo que durante diecinueve siglos se ha interpretado mal…La Iglesia ha sido edificada sobre la base de una oposición radical al evangelio…El evangelio murió en la cruz”.

 La “gran mentira del cristianismo” escondida durante siglo ha sido por fin revelada, proclama la “nueva teoría”.  El  danbrownismo  ha reavivado el antiguo discurso de la Nueva Era y lo ha extendido entre un gran público habido de preguntas, pero con una limitada capacidad de crítica. Los lectores, totalmente fascinados como la propia Sophie, escuchan en el capítulo 55 del libro la “fantástica” historia del Grial. Cuando el profesor Sir Leigh le pregunta a Sophie qué sabe del Nuevo Testamento, esta responde que nada. Volviendo a representar al lector medio de la novela. Entonces, el erudito Sir Leigh resume toda la teología en esta escueta frase: “Todo lo que nos hace falta saber sobre este libro, “la Biblia”, puede resumirse con las palabras del gran doctor en derecho canónico Martín Percy, “la Biblia no nos llegó impuesta desde el cielo”. Entonces, la inocente Sophie, recibe la gran revelación: “La Biblia es un producto del hombre, querida. No de Dios”. Ante las sorprendentes “revelaciones” de Sir Leigh, Sophie sigue la locuaz explicación del sabio, que le hace en dos frases la descripción de la historia de la humanidad, la figura de Jesús y una tesis descabellada sobre la elección de los evangelios por medio del emperador Constantino. Pero lo más curioso de la escena, no son las numerosas incorrecciones históricas; lo que realmente sorprende es la credulidad de Sophie y su pequeño aparato crítico.

 El danbrownismo mezcla ficción y realidad hasta el punto de confundir donde empieza una y termina otra.  Sophie, que representa al lector medio, asume toda la información y la asimila con rapidez sin llegar nunca a cuestionarla.

 La última escena es harto significativa; Langdon cae postrado de rodillas ente María Magdalena, que representa a la divinidad femenina perdida. El hombre racional sucumbe ante el canto de sirena de un nuevo paganismo.  De rodillas, postrado ante su nuevo ídolo, Langdon le rinde su último homenaje.

La religión de Hitler (Documental 7)


La Reforma Protestante en Irlanda

La Reforma protestante en Irlanda
Por Mario Escobar,
Enrique VII, el primer rey de la dinastía Tudor, puso los medios necesarios para restablecer el poder Real en la isla. Su primera medida consistió en enviar a un hombre de su confianza llamado Poynings, que estableció la  “Ley Poynings” (1), que estuvo vigente hasta 1782. El sucesor de Poynings, llamado FitzGerald, continuó su política de semilibertad del país. Pero la llegada al poder del rey Enrique VIII iba a cambiar mucho las cosas. Su canciller, el Cardenal Wolsey, pensaba que los territorios irlandeses estaban infrautilizados, debido a que la falta de un sistema hacendístico fuerte y la malversación de fondos impedían que las rentas irlandesas llegaran a las arcas del rey.

La rebelión en 1534 de Thomas FitzGerald el Sedoso, destacó más que por su viabilidad política, por la vinculación que tuvo con el papado y el catolicismo romano, ya que el líder rebelde pidió ayuda al Sumo Pontífice aduciendo que su enfrentamiento contra el cismático Enrique VIII, era de carácter religioso. Estas dos vertientes, la relación iglesia católica y nacionalismo y el intento de involucrar a potencias extranjeras en el conflicto, serán recurrentes en la política nacionalista irlandesa hasta el siglo XX, produciéndose el hecho de que los enemigos de Inglaterra eran automáticamente amigos de Irlanda.

Durante todo el siglo XVI los ingleses temieron una sublevación, ya que los estados católicos enemigos, intentaron animar el independentismo irlandés en aras de la diferencia religiosa. Uno de los casos más significativos es el de 1579, cuando el Papa Gregorio XIII y el monarca español Felipe II, lanzaron un ataque conjunto, calificado de cruzada contra la opresión del pueblo católico irlandés por los herejes. Las tropas católicas desembarcaron en Dingle, condado de Kerry, pero la ofensiva fracasó al igual que varios intentos posteriores.

La iglesia católica de Irlanda necesitaba una reforma a fondo, si bien las órdenes religiosas se habían mantenido fieles a sus principios cristianos, la jerarquía episcopal apenas se ocupaba de los asuntos religiosos, dedicando su tiempo a la política y la acumulación de riquezas. Para paliar esta desidia y acrecentar su poder personal Enrique VIII nombró a George Browne como arzobispo de Dublín. La primera actuación del representante real fue la disolución de las órdenes religiosas y la expropiación de sus tierras. Este acto recibió el respaldo de la jerarquía católica, que veía en la medida una manera rentable de acrecentar su riqueza y hacerse con el monopolio religioso de la isla. Durante el reinado de Enrique VIII y el de su hija Isabel I se expropiaron cuatrocientos monasterios y abadías.

En 1541 las cortes irlandesas declararon a Enrique VIII como su rey. En apenas unos pocos años los irlandeses habían aceptado el mayor cambio político y religioso de su época sin ninguna oposición, de hecho, a diferencia de lo sucedido en Inglaterra unos años antes, no hubo levantamientos populares ni opositores importantes a la reforma de la Iglesia en Irlanda. Todos estos cambios no implicaron el dominio real del Rey sobre todo el territorio, por lo que sus sucesores Eduardo VI (1537-1553) y María (1516-1558), se encargarían de ampliarlo.

Otro de los métodos utilizados para la implantación de la autoridad de la Corona fue la colonización. En 1521, el Conde de Surrey había propuesto esta medida, que perseguía la sustitución de los irlandeses por ingleses leales. Pero esta política no se aplicó hasta el reinado de Eduardo VI, en junio de 1550(2). El primer intento fu un fracaso, dado que el despliegue de tropas necesario para su cumplimiento era inviable en aquel momento.

A finales del siglo XVI el protestantismo irlandés se encontraba debilitado por su pequeño arraigo social, aunque el gobierno de Londres intentara aplicar ciertas medidas oficiales como la prohibición de la misa o la imposición del Libro de Oración común de Crammer.

En 1553, bajo el reinado de la reina María se reanudaron nuevas colonizaciones. La Catolicísima Monarca era indiferente a la filiación religiosa de sus súbditos irlandeses, viendo en la colonización tan sólo un medio para el fortalecimiento del poder Real. En época de la reina Isabel, la monarquía cambiará de estrategia usando métodos menos drásticos, como ciertas medidas culturales, entre las que destaca la creación en 1592 la primera universidad en Irlanda, en la ciudad de Dublín.

El territorio irlandés sufrió durante todo el siglo, un gran número de pequeñas guerras, en las que destacó la represión brutal de la monarquía Tudor.

La rebelión más destacada de este periodo fue la de O´Neill, un noble criado en la corte inglesa, que a partir de 1588 intentó de forma armada la independencia de Irlanda, buscando el apoyo papal y la ayuda del mayor enemigo de Inglaterra en aquel entonces, España. De este último obtuvo el envío de un contingente de 3.500 soldados, que desembarcó Kinsale, condado de Cork, en 1601, para fracasar poco después en su intento.

Bajo el reinado de Jacobo I, al que se creía criptocatólico, la tolerancia religiosa de los últimos años terminó bruscamente, ya que el Rey con el fin de demostrar su fe anglicana realizó una política muy dura en materia religiosa. La huída de varios nobles irlandeses, tras la derrota militar de O´Neill propició a su vez la reforma administrativa del norte del territorio y la creación del condado de Londonderry. Jacobo I siguió la política de colonización de sus predecesores, llevando a la isla un gran número de colonos escoceses, en su mayor parte presbiterianos.

En 1613 las leyes irlandesas fueron sustituidas por las inglesas. Bajo el reinado de Carlos I (1625) se favoreció a los irlandeses autóctonos, mientras que se obligaba a los de origen escocés, en su mayoría presbiterianos, a jurar lealtad al Rey, debido a la guerra abierta de este contra Escocia. También hubo un intento de restituir las tierras enajenadas cien años antes a las órdenes religiosas. Estas y otras reformas no gustaron ni a la nueva oligarquía protestante, que se unió a los puritanos ingleses contra el Rey, ni a los terratenientes católicos. Durante el periodo del  “Parlamento Largo” (3), la oligarquía condenó y ejecutó al odiado representante del gobierno, Wentwoth. Tras la muerte del Rey, la alianza de grandes capas de la sociedad irlandesa contra el tiránico gobierno de Londres, se disolvió dejando paso a viejas rencillas y desconfianzas. Las revueltas no se hicieron esperar, ya que muchos campesinos irlandeses desposeídos en las diferentes colonizaciones reclamaban sus tierras.

Los más afectados por este nuevo brote de nacionalismo irlandés fueron los presbiterianos escoceses y los puritanos. Los nacionalistas no querían independizarse de la corona, sino más bien revindicaban algunos derechos fundamentales, entre ellos los de carácter religioso, ya que desde el reinado de Jacobo I se había prohibido el culto católico y la presencia de sacerdotes en Irlanda. Los rebeldes convocaron al parlamento en 1642 y juraron defender la fe católica y los derechos de la Corona. Todo el territorio cayó bajo su dominio a excepción de Dublín, partes del Ulster y algunas ciudades. En los primeros meses de la rebelión fueron asesinados o muertos por inanición doce mil colonos protestantes de origen ingleses y escoceses. La respuesta del Parlamento Inglés será la llamada  “Gran Amonestación” (4) un escrito donde se acusa a los pro católicos, entre ellos al Rey de ser los causantes de estos desastres.

La guerra civil en todos los reinos no se hace esperar. Los bandos enfrentados eran por un lado los nobles anglicanos unidos a los católicos, y por el otro todos los disidentes religiosos y los presbiterianos. En la primera fase de la guerra los dos bandos estuvieron igualados, pero la muerte de Pyn, el líder de los disidentes, propició el diálogo (1643), pero la ascensión de un nuevo líder puritano llamado Cromwell, impidió llegar a un acuerdo. Al final el Rey fue derrotado, sentenciado y ejecutado el 28 de enero de 1649.

La expulsión ese mismo año de miles de ingleses de Irlanda, motivó la invasión de las tropas de Cromwell, que el 15 de agosto desembarcaron en la isla. Cromwell que se creía enviado por Dios para vengar las matanzas de protestantes del año 1641, actuó de una manera contundente, como en el exterminio de todos los defensores de la ciudad de Drogheda. Tras varios años de enfrentamiento en 1651 vuelve a Inglaterra, después de haber pacificado la isla y entregado a los colonos ingleses buena parte de las mejores tierras. Unos 44.000 irlandeses fueron desplazados al oeste, y apenas treinta años más tarde, en 1685, los irlandeses católicos sólo poseían el 22 % de las tierras.



 1) Ley Poynings: La ley prohibía la reunión del parlamento irlandés sin el consentimiento del rey y condicionaba las decisiones tomadas a la aprobación regia y del consejo inglés.
2) El consejo real inglés decidió que “Leix y Offaly, anteriormente territorio de los O´Connor y los O´Moore, debían ser arrendados a los súbditos reales por una renta adecuada, con la intención tanto de que sean habitados como de que supongan mayor poder para su Majestad el Rey”.
3) El Parlamento Largo fue la respuesta a la actuación del rey Carlos I en materia religiosa, convocado en Noviembre de 1640, condenó a varios ministro reales y se hizo con el control real del territorio.
4) Un fragmento de la requisitoria redactada por Pym. “Hemos hallado que la raíz de todos los males residía en un proyecto pernicioso y malintencionado de invertir las leyes fundamentales y los principios de gobierno, sobre los que están sólidamente establecidas la seguridad y la justicia del reino. Los promotores y ejecutores de estos proyectos han sido: 1. Los papistas, discípulos de los jesuitas y que odian las leyes, como obstáculos para el cambio y la caída de la religión, objeto de sus deseos más ardientes. 2. Los obispos y la parte más corrompida del clero, que alimentan la inclinación a las pompas exteriores y a la superstición, como efectos naturales y apoyos más probables de la tiranía y la usurpación eclesiástica. 3. Los consejeros y cortesanos que, desde posiciones particulares, intentaron que en este país prevalecieran los intereses de algunos príncipes o estados extranjeros, en perjuicio de Su Majestad y del Estado

¿Cómo surgió el cristianismo en Irlanda?

Orígenes del cristianismo en Irlanda
Por Mario Escobar,
Las historias de Irlanda e Inglaterra han estado ligadas a lo largo de los siglos. De hecho hasta hace nueve mil años las dos islas estaban unidas por tierra, pero el deshielo de los mares las separó definitivamente, por lo menos geológicamente. Se cree que los primeros humanos que poblaron Irlanda son anteriores a la separación de ambas islas.

 BASES DEL CRISTIANISMO EN IRLANDA. 
 Los primeros pobladores Neolíticos de Irlanda provenían de Oriente Medio, viéndose obligados a emigrar progresivamente debido a la falta de recursos, llevando con ellos métodos técnicos agrícolas y toda suerte de utensilios. A estos primeros pobladores se fueron uniendo diferentes pueblos a lo largo de la Prehistoria. 

En la Edad de Bronce apareció la primera forma de escritura irlandesa conocida por el nombre de  ogham . Este tipo de escritura era de carácter ceremonial y se ha encontrado en algunas piedras en centros religiosos.

 Uno de los pueblos que más ha marcado la cultura y costumbres irlandesas son sin duda los celtas.  Al parecer estos pueblos, originario del mar Caspio, llegaron primero a Gran Bretaña, estableciéndose allí los britanos y en Irlanda y Escocia los gaélicos, hacia el año 500 antes de Cristo. El galaico, la lengua originaria de estos pueblos, sigue hablándose en Irlanda y constituye una de las lenguas vivas más antiguas de Europa Occidental.

Las primeras descripciones del pueblo irlandés, por cronistas foráneos datan del siglo I antes de Cristo, ya que la información anterior que se ha conservado consiste en simples leyendas. El geógrafo griego Estrabón describe Irlanda como:
 “más salvajes que los britones, caníbales y muy voraces. Juzgan digno de elogio el devorar a sus padres muertos e igualmente relacionarse abiertamente no sólo con otras mujeres, sino también con sus propias madres y hermanas... los nativos son totalmente salvajes y tienen una existencia desgraciada debido al frío” .
 Esta descripción no se ajusta a la realidad dado que las culturas gaélicas eran sofisticadas y complejas.

 La religión celta, fundamentalmente politeístas, creía en la inmortalidad del alma y la vida ultraterrena.  Los tres grupos sociales más importantes lo constituían los guerreros, los agricultores y los druidas. La nobleza, por medio del vasallaje, tenía sometida a la masa de campesinos, aunque estos eran considerados hombres libres. El estrato más bajo de la sociedad lo formaban los esclavos.

El mar protegió a los Irlandeses de la expansión romana y las posteriores invasiones bárbaras. La forma política básica la constituía una serie de monarquías tribales que sobrevivieron hasta bien entrada la Edad Media. Estos reinos tenían como distintivo común, además de la lengua, las  “Leyes de Brehon”(1) . En el aspecto del folklore han sobrevivido “Las Sagas” , una especie de mitología gaélica.

 Los primeros cristianos debieron llegar a Irlanda gracias a las rutas comerciales de esta con Gran Bretaña y la Galia, en las postrimerías del siglo IV.  Apenas cincuenta años después, en el 431, el obispo de Roma, Celestino I, decidió enviar al diácono Paladio, para hacerse cargo del grupo de creyentes de la isla, pero este murió asesinado poco después de su llegada. Según cuenta la leyenda tan sólo un año más tarde de este hecho, San Patricio, patrón de Irlanda, llegó como misionero al país.

 San Patricio es un protagonista destacado de la evangelización de Irlanda.  En sus “Confesiones” , que son autobiográficas, nos narra además de su misión, los orígenes de su estirpe. Nacido en el año 390, su llegada a Irlanda se produjo en el 456 y la fecha de su muerte aproximadamente en el año 490. El 17 de Marzo, fecha en la que se cree que murió, se ha convertido en la fiesta nacional en todo el país.

El lugar de su nacimiento fue Gran Bretaña, su padre llamado Calpurnio, era decurión(2), diácono cristiano y terrateniente. Según nos cuenta el mismo San Patricio, fue secuestrado junto a dos de sus hermanas por un grupo de irlandeses, durante seis años fue esclavo hasta que logró escapar y volver a su casa. Pero poco después recibió una visión que le animaba a volver a Irlanda, pasando antes por Francia donde recibió las órdenes sacerdotales.

El deseo misionero de San Patricio fue producto de su propia fe, de hecho tuvo problemas con la jerarquía romana al auto declararse obispo, con el fin de nombrar a otros sacerdotes en la Isla. La sede de la nueva iglesia de Irlanda fue Armagh. Al principio San Patricio intentó implantar el sistema episcopal, pero el carácter rural del país dificultaba esta forma de organización, por lo que optó por la constitución de abadías y monasterios, donde el abad se encargaba de supervisar un territorio o reino.

La conversión de los irlandeses fue bastante rápida, constituyendo muy pronto una iglesia dinámica y misionera. Cuando el Imperio Romano sucumbió y el cristianismo retrocedió en algunas zonas a causa de las invasiones bárbaras, en Irlanda siguió floreciendo una gran erudición cristiana.

 Las invasiones vikingas del siglo X afectaron profundamente a la isla. Los ataques piratas duraron dos siglos, terminando con el establecimiento definitivo de comunidades vikingas, principalmente de daneses. Estos pueblos invasores se convirtieron muy pronto al cristianismo. 

La Iglesia de Irlanda se mantuvo aislada del resto de la cristiandad y de la obediencia a Roma entre los años 650 y 1080. El Papa Gregorio VII (1073-85) decidió terminar con esta situación e incluyó a la Iglesia de Irlanda en su jurisdicción. Situación que aprovechó el arzobispado de Canterbury (Inglaterra) para reclamar su jurisdicción sobre la isla.

La propuesta inglesa fue secundada por la población irlandesa de origen danés, que quería pertenecer a la misma jurisdicción de sus hermanos en Inglaterra. En el 1150, se nombró el primer legado papal para Irlanda, un italiano llamado Paparo. En el sínodo de Kells, convocado dos años más tarde, se adoptó el sistema episcopal, se ordenó a treinta y seis obispos, cuatro arzobispos y se concedió la primacía a la ciudad de Armagh. De esta forma Irlanda no dependía de Canterbury.

Pero, a falta de una autoridad firme en la isla, esta reforma no dio resultado en la práctica, por lo que el papa Adriano IV, concedió en el año 1155 la jurisdicción del país a Enrique II de Inglaterra. Al parecer, algunos legados ingleses manipularon la voluntad papal dando una imagen de Irlanda más pagana y bárbara de lo que realmente era, con el fin de hacer recaer la jurisdicción eclesial sobre el monarca inglés. La prueba concluyente de esta supuesta cesión papal a la corona inglesa se ha perdido y en la actualidad se defiende que nunca existió, ya que no hay restos del documento original, ni copia alguna en el archivo Vaticano.

 El 17 de octubre de 1171, después de varios años de guerras internas, Enrique II desembarcó en Irlanda con el fin de asegurarse el dominio de la isla, tras su victoria, el papa Alejandro III le dio el título de “Señor de Irlanda”. 

Los nuevos amos normando-ingleses intentaron hacerse con el gobierno de la isla aunque sólo fuese nominalmente. De hecho hasta el 1337, gracias al apoyo recibido de Inglaterra, los normandos dominaron buena parte del territorio, pero la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, les dejó desprotegidos.

A mediados del siglo XIV la minoría normanda había sido absorbida y la autoridad de Inglaterra durante más de cien años fue ficticia, sólo la llegada al poder de los Tudor(3) volvió los ojos de la Corona a sus posesiones irlandesas.

El presidente Obama y sus creencias

Barack Hussein Obama, primer presidente negro de EEUU
Por Mario Escobar,
El presidente electo es uno de esos milagros que sólo suceden cada cincuenta años. Hijo de un africano de Kenia y una antropóloga de Kansas, nació y se crió en Hawai e Indonesia, el país de su padre adoptivo. Estudio Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia y en la Universidad de Harvard cursó la carrera de Derecho.

Fue el primer presidente de la revista de derecho de estudiantes en la Universidad de Harvard. Llamó la atención de los profesores y fue becado para que desarrollara una investigación sobre problemas raciales. De aquella investigación salió un libro titulado:  Sueños de mi padre .

En 1992 presidió la ONG  Project Vote.  Profesor de leyes en la Universidad de Chicago, miembro de un bufete de abogados dedicados a casos de derechos civiles, se interesó por la política y fue nombrado senador por Illinois. Siendo uno de los pocos senadores negros de los Estados Unidos, fue elegido para dar el discurso de apertura a la Convención Demócrata del año 2004.

 En 10 de febrero de 2008, Barack Obama anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.  No era el primer candidato negro que se presentaba a las elecciones presidenciales, pero su candidatura por el partido demócrata prosperara parecía casi imposible, Hillary Clinton era la candidata con más posibilidades de representar al partido en las presidenciales de ese año.

Contra todo pronóstico, Barack Obama ganó las primarias en su partido y se presentó a la presidencia del país. En noviembre del 2008 ganó al candidato republicano y fue elegido presidente de los Estados Unidos por una amplia mayoría.

 ¿Cuáles son las creencias del futuro presidente Barack Obama? 

Como el declaró en su libro  La audacia de la esperanza,  su familia no era muy religiosa. Su madre venía de la tradición metodista y bautista, pero no asistía a la Iglesia. Su padre era musulmán, pero se confesó ateo en muchas ocasiones.

 Su acercamiento al cristianismo se produjo por medio de su militancia en los grupos de base de las iglesias de raza negra.  Durante su infancia fue educado en colegios seculares y católicos, su relación con el Islam es anecdótica. Miembro desde hace veinte años de la Iglesia Trinitaria Cristiana de Chicago, dice que se convirtió hace años al cristianismo.

Sus diferencias con el pastor Jeremiah Wright le impulsó a abandonar su iglesia local e integrarse en otra comunidad. Amigo del evangelista y pastor Rick Warren, al que ha elegido para que le dirija en el juramento de la toma de investidura, defiende los valores cristianos de la sociedad norteamericana. Aunque sus ideas liberales con respecto a los matrimonios homosexuales y el aborto le costó el voto de los sectores más conservadores cristianos.

Después de ocho años de los evangélicos conservadores en el poder, veremos como les sientan algunas dosis liberales a los norteamericanos.

¿Fue George Washington Masón?

George Washington ¿primer presidente masón de EEUU?
Por Mario Escobar,
El futuro presidente nació en Virginia en el año 1732. Sus antepasados provenían de Inglaterra y habían logrado levantar una próspera granja en la que trabajaban esclavos negros. El joven George pertenecía a la nobleza sureña que prosperó a la sombra de la explotación humana de los negros traídos de África.

El futuro presidente no pudo realizar estudios formales en Inglaterra como sus hermanos mayores, la repentina muerte de su padre le obligó a trabajar, primero como agrimensor(1) y después en el ejército colonial británico. Se destacó como oficial en la Guerra Franco-India. En 1759 dejó el ejército y se casó con una viuda rica llamada Martha Dandridge Custis.

En 1774 fue elegido delegado de Virginia en el Primer Congreso Continental. Tras las derrotas de los colonos frente a las fuerzas británicas, apareció en el Segundo Congreso Continental para ofrecer sus servicios como militar profesional. El 3 de julio de 1775 George Washington asumió el mando del ejército de colonos.

 Tras la guerra fue nombrado presidente en el año 1789 y reelegido en las presidenciales de 1792. Washington rehusó presentarse por tercera vez a la presidencia  y se retiró de la vida pública a sus tierras en Mount Vernon. Murió en 1796, convirtiéndose en el presidente más admirado de los Estados Unidos.

 George Washington había sido criado y bautizado dentro de la Iglesia Anglicana. Tras la revolución, la Iglesia Anglicana se refundó para convertirse en la Iglesia Episcopal, sin obediencia al monarca inglés. 

Washington participó activamente en la vida de su parroquia y perteneció al comité de laicos. Asistía con su familia, prácticamente todos los domingos, a las diferentes parroquias a las que perteneció.

Su pastor en la capital federal, el reverendo Lee Massey, elogió su dedicación y amor por la iglesia. Al parecer, practicó la comunión con la Iglesia Episcopal durante toda su vida. En cambio el reverendo James Abercrombie, rector de la Iglesia de San Pedro en Filadelfia, afirmó que Washington fue toda su vida un deísta(2).

 A pesar de que George Washington fue enterrado por el rito episcopal, en la ceremonia se mezclaron símbolos masónicos, ya que Washington pertenecía a la masonería desde el año 1753. 

La hija adoptiva de Washington, Nelly Custis-Lewis expresó repetidas veces la fidelidad de su padre a la iglesia y su asistencia regular. Además, ella creía que era sincero en sus creencias cristianas como demuestran sus escritos y testimonios.

El asunto sobre el cristianismo de Washington trascendió a la opinión pública y Thomas Jefferson escribió un artículo en el que cuestionaba las creencias cristianas del presidente. Los propios esclavos de la familia Washington entraron en el debate afirmando que nunca oyeron orar a su patrón, aunque si leer con su esposa un libro de oraciones, práctica muy extendida en la Iglesia Episcopal.

En sus discursos Washington mencionaba constantemente palabras como “Providencia” “bendición del cielo” o “Dios”, pero en raras ocasiones habló de Jesucristo. En su discurso de despedida de la vida política dejó muy claro que no puede haber moral sin religión.

 Una de las cosas innegables fue el respeto del presidente por la libertad religiosa y de conciencia. Desde entonces, se han escrito numerosos libros que afirman el cristianismo de Washington y otros que le acusan de deísta y masón. El debate está abierto, pero la realidad es que el único que lo sabe a ciencia cierta es Dios y el propio George Washington. 



 1) Agrimensor era una especie de topógrafo que se encargaba de medir las tierras y dibujar planos tipográficos.
2) Deísmo. Creencia que ve a Dios como fuerza motora del Universo, pero ya no interviene en él. Los deístas eran racionalistas y dudaban de las verdades reveladas.